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Tras muerte de joven madre: surgen crudos testimonios de víctimas de violencia obstétrica en Illapel

Escrito por:   Juan Soto

Diario El Día
Tras muerte de joven madre: surgen crudos testimonios de violencia obstétrica en Illapel

Pixabay | Facebook

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El pasado martes, Fernanda Pinto, madre de 32 años, falleció a pocos días de dar a luz en Canela, Coquimbo, tras complicaciones postparto. La comunidad denunció negligencias en la atención obstétrica, apuntando al Hospital de Illapel. Testimonios como el de Marjorie Olivares, Paola, Rosa Vega y María Villanueva revelaron casos de violencia obstétrica, malas prácticas y falta de transparencia en el nosocomio de Illapel, generando preocupación y exigencia de justicia por parte de los afectados.

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El pasado martes, Fernanda Pinto, madre de 32 años, perdió la vida a solo 10 días de dar a luz, en Canela, región de Coquimbo.

La mujer presentó complicaciones tras el parto, solicitando atención médica en el centro de salud de dicha localidad.

Sin embargo, posteriormente acudió al Hospital de Illapel, donde finalmente falleció, informó El Día.

La comunidad denunció una presunta "cadena de negligencias" en la atención obstétrica. Esto se suma a antecedentes previos sobre casos similares ocurridos en el Hospital de Illapel.

"Empatizo con la historia, porque muchas, más de 30 canelinas, hemos vivido violencia obstétrica en el Hospital de Illapel", sostuvo María Villanueva, vocera del movimiento denominado 'Por Fernanda, por todas'.

"Algunas no han denunciado por miedo o por falta de recursos. Yo misma hice una demanda, pero el hospital dijo que había hecho todo lo posible y se lavó las manos", agregó.

Marjorie: "Me decía que si mi hijo viene con problemas, va a ser mi culpa"

A raíz de este caso surgieron nuevos testimonios de violencia obstétrica en Illapel.

“Soy mamá del bebé Santino, un bebé que abrió sus alitas un día 10 de mayo del 2022 por cruzarnos en nuestro camino con unas personas que no tenían vocación y que hicieron un mal trabajo y malas prácticas en nuestro trabajo de parto”.

Así comenzó su relato Marjorie Olivares, illapelina, quien se abrió a contar su historia.

"Esperé, yo creo como una hora y media en el pasillo. Llega la ginecóloga, me revisa y me dice que todo está normal. Sin embargo, me dijo que prefería hacerme tacto y cuando me lo hace, se da cuenta de que voy con ocho de dilatación y que mi hijo debe nacer en ese instante", contó.

Dicha situación la puso nerviosa, ya que los planes originales no contemplaban que su hijo naciera en Illapel, sino que iba a ser en Viña del Mar.

“Soy funcionaria de salud y sé que hay malas prácticas en el hospital. Entonces no quería que pasara eso. Sin embargo, mi hijo decidió nacer ese día”, relató.

Así, se fue a preparar, recibiéndola una matrona. Pero esto coincidió con el cambio de turno. “Me llevan rápidamente a la sala de trabajo de parto y me dicen que tenía que pujar, pero en ese instante no podía, y ella me decía que lo estaba haciendo mal, que así no se hace y que no lo debía hacer con la cara", afirmó.

"Después de un rato me empezaron a decir más cosas, como que ‘tu hijo está ahí’, pero ya con un tono de voz mucho más elevado. Me estaban retando (…) Nunca olvidaré las palabras que ella me decía que si mi hijo viene con problemas va a ser mi culpa, por no querer pujar”, añadió a su testimonio.

Una vez con su hijo ya nacido, preguntó por su bebé, respondiéndole que había nacido bien, pero con algunas complicaciones, por lo que debía ser traslado a La Serena.

Por tal motivo, al día siguiente pidió el alta voluntaria con tal conocer a su pequeño hijo.

“El 10 de mayo tuve que decidir con mi pareja desconectarlo, porque ya él no estaba con nosotros. Él nunca estuvo, porque el oxígeno no le llegó a su cerebro y tuvo que fallecer. Tuve que aceptar que lo desconectaran y a los minutos despedirlo, por culpa de estas personas que no hicieron un buen trabajo”, afirmó Marjorie.

Paola: "Gritaba para que me fueran a auxiliar"

Paola, originaria de la comuna de Canela, es otra madre que decidió dar a conocer su historia.

En su caso, todo comenzó el 5 de abril del año pasado. “Yo tenía programada una cesárea. Estuvo todo bien con una excelente atención en ese momento”, reconoció. Sin embargo, pronto comenzaron las irregularidades.

"Cuando me estaban avisando que me iban a ‘coser’, y que el papá iba a estar con la bebé en ese momento, y que no me preocupara, las personas que estaban ahí empiezan a hablar en voz baja. Entonces pregunto qué pasa”, recordó.

En ese momento, contó, le responden que habían encontrado orina en su sangre. “Después, al otro día me fueron a ver. Se veía todo bien, pero yo estaba hinchada completa. Me acuerdo de que fui al baño y fue como que explotó mi ‘guata’ dentro", sostuvo.

"Gritaba para que me fueran a auxiliar, porque me dolía. Me subieron a la camilla y yo de ahí ya no me podía mi cuerpo, me dolía y estaba más hinchada de lo que estaba cuando tenía a mi bebé adentro”, agregó.

Finalmente, descubrió que "estaba llena de orina. Me habían pasado a llevar la vejiga. Entonces, me tuvieron en urgencia. Quedé hospitalizada hasta el 21 de abril. Entre medio de eso me encontraron un coágulo al pulmón y estuve dos días en la UCI”, indicó.

Si bien, su bebé nació bien, ella quedó con secuelas producto del problema a la vejiga y hasta el día de hoy, Paola lucha por llevar una vida normal.

Rosa: "Quedé con sangrado interno"

Otra historia es la que vivió Rosa Vega, también de la comuna de Canela, quien ingresó el 4 de enero de este año, a las 21 horas, al hospital de Illapel, mientras bordeaba las 40 semanas de gestación.

"Había pedido cesárea, porque ya tengo 41 años y quería que me ligaran las trompas. Pero resulta que no nació mi bebé. El hospital quería que naciera por parto normal (…) y al final, salió cesárea de emergencia, porque mi bebé no nació", rememoró.

"Ya habían pasado muchas horas y le aviso a mi pareja para que viajara a Illapel a acompañarme, pero cuando él llegó, yo estaba mal y mi chiquitita ya estaba fuera. No alcanzó a estar conmigo en el parto que se complicó en la sala de operaciones, pero yo no sé qué pasó en realidad”, explicó.

"Yo no sé qué pasó en realidad porque en las fichas clínicas nunca van a decir lo que pasó. El tema fue que yo quedé con un sangrado interno y tuve un paro cardíaco también en la sala. Cuando me estaban operando, porque me sacaron el útero, tomaron la decisión de sacármelo (el bebé) porque no se contrajo", acotó.

Asimismo, contó que "no hay una explicación, porque resulta que en el expediente que yo tengo en mis manos, no dice nada de eso, solo dice ‘cesárea más histerectomía’. No dice nada más. Obviamente que quiero hacer mis exámenes para demostrar que yo no tengo mis partes, porque no entiendo y no creo que un cirujano me mienta, si es un profesional”, señaló.

Rosa confesó que quedó con daño renal y, actualmente, está con controles en Coquimbo, algo que le genera un gasto extra por tener que movilizarse. Por temor, prefiere no realizarlos en el nosocomio de Illapel.

María: "Me retaba la señora"

El cuarto testimonio corresponde al de María Villanueva, de 35 años, quien reside en la comuna de Canela, aunque es oriunda de La Serena. Hace tres años tuvo a su última hija, la cuarta, en el hospital de Illapel.

“En los tres embarazos anteriores no tuve ningún problema, pero con la última sí estuvo complicado por temas de presión alta. Pasaba con infección urinaria, cosa que nunca me había pasado”, aseguró.

En este contexto, señaló que para el momento del parto debieron llevarla desde Canela a Illapel.

Al llegar, la pasaron de inmediato y comenzó el trabajo de parto. Ya en el pabellón explica que “yo, por más que empujaba, me retaba la señora. Le decía que no podía, no podía más, además que no sentía las piernas. ‘Obvio, pues niñita’, me decía, y me retaba así, ‘estás con analgésicos’".

"En el momento en que ella (la bebé) por fin nace, no lloró nada. Y yo siento que ella dice, bien enredada, que la bebé venía muerta. Venía morada y enredada, como con tres vueltas en el cordón. Y una señora le dice, ‘esto es asfixia neonatal’", atestiguó.

"Efectivamente, la bebé nació así, por eso ella no lloró nada. Estuvieron cerca de 5 a 10 minutos reanimándola para que volviera a vivir. A mí me dejaron tirada ahí, porque obviamente se tienen que encargar de lo más importante que es el bebé”, afirmó.

También recordó que "la reanimaron y yo siempre me acuerdo de que ella no lloró, lo único que ella hizo fue un quejido. No me dejaron darle un besito nada, se la llevaron a cuidados intensivos y la forraron".

"A mí me cerraron abajo y me trasladaron a maternidad. Yo quedé como en shock y moribunda. Cuando estaba más lúcida, siento que algo me clavaba horriblemente en la espalda. Me doy vuelta y todavía tenía el catéter adentro en la espalda. Llamé a la enfermera y me lo sacó rápidamente”, aseveró.

Finalmente, cuando María pudo ver a su bebé, se dio cuenta de que estaba conectada con cables y solo con su pañal.

“Lloraba, pero solamente podía mirarla de lejos, y cuando me daban la oportunidad de amamantarla lo hacía. Ella estuvo casi 5 días hospitalizada debido a su asfixia neonatal”, subrayó.

Y si bien, le dieron el alta, quedó con problemas en la vejiga, debido a que durante el trabajo de parto, y en medio de los retos, habría pujado más de lo necesario.

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